Los accidentes automovilísticos pueden tener graves consecuencias y, en algunos casos, incluso convertirse en situaciones de índole criminal. En esta nota, exploraremos cinco escenarios en los que un accidente puede considerarse un caso penal:
Conducir Bajo la Influencia (DUI)
Cuando un conductor decide operar su vehículo estando alcoholizado o bajo la influencia de drogas y causa un accidente, puede enfrentar cargos penales por los daños y lesiones ocasionadas.
Exceso de Velocidad
Las normas de tránsito existen para evitar accidentes y mantener a las personas seguras. Superar significativamente los límites de velocidad puede resultar en consecuencias criminales si ocasiona un accidente.
Conducción Temeraria o Imprudente
Todo conductor tiene la obligación de actuar con cuidado y responsabilidad para mantener las calles seguras. La conducción temeraria aumenta las posibilidades de provocar un accidente y se considera un acto criminal.
Negligencia Grave
Se considera negligencia grave cuando se conduce sin prestar atención a las normas de tránsito o con un vehículo en mal estado, consciente de que puede causar incidentes en la carretera.
Homicidio Vehicular
Cuando el accidente resulta en la muerte de una persona debido a acciones imprudentes o negligentes del conductor, se pueden presentar cargos de homicidio.
La seguridad en la carretera es responsabilidad de todos los conductores. Si conscientemente deciden no respetar las normas de tránsito o conducir de forma negligente, el choque va más allá de un simple accidente y pasa a formar parte de la esfera criminal de la ley.
Si resultas lesionado o un ser querido fallece en un accidente con características criminales, es vital buscar asesoramiento legal especializado. Tu equipo legal podrá proteger tus derechos y enfrentar el proceso con experiencia y eficacia.